Mezclar los Ingredientes: En un tazón grande, combina la carne molida, pan rallado, queso parmesano rallado, ajo picado, cebolla picada, perejil, huevo, sal, pimienta negra, orégano seco y albahaca seca. Mezcla hasta que todos los ingredientes estén bien incorporados, pero ten cuidado de no trabajar demasiado la mezcla, ya que esto puede hacer que las albóndigas queden duras.
Formar las Albóndigas: Con las manos, toma pequeñas porciones de la mezcla y forma bolas de aproximadamente 3 cm de diámetro. Coloca las albóndigas formadas en una bandeja para hornear o plato forrado con papel pergamino.
Refrigerar: Para obtener mejores resultados, refrigera las albóndigas durante al menos 30 minutos. Esto ayuda a que mantengan su forma durante la cocción.
Saltear los Aromáticos: En una sartén grande o cacerola, calienta el aceite de oliva a fuego medio. Agrega la cebolla picada y saltea hasta que esté translúcida, unos 5 minutos. Luego, agrega el ajo picado y cocina por un minuto adicional hasta que esté fragante.
Agregar los Tomates: Vierte los tomates enlatados, rompiéndolos si usas tomates enteros. Añade la hoja de laurel, azúcar, sal, pimienta negra y orégano seco. Revuelve para combinar y lleva la salsa a fuego lento.
Cocinar a Fuego Lento: Reduce el fuego a bajo y deja que la salsa hierva a fuego lento durante unos 15 minutos, revolviendo ocasionalmente. Esto ayudará a concentrar los sabores.
Dorar las Albóndigas: En una sartén separada, calienta un poco de aceite de oliva a fuego medio-alto. Dora las albóndigas en lotes, asegurándote de sellarlas por todos lados. Este paso añade una maravillosa profundidad de sabor.
Combinar con la Salsa: Una vez doradas, transfiere las albóndigas a la salsa de tomate que está hirviendo a fuego lento. Revuelve suavemente para cubrir las albóndigas con la salsa.
Continuar Cocinando: Cubre la sartén y deja que las albóndigas se cocinen a fuego lento en la salsa durante 25-30 minutos adicionales a fuego bajo. Esto permite que los sabores se mezclen y asegura que las albóndigas estén bien cocidas.
Las albóndigas en salsa de tomate se pueden servir de diversas maneras. Aquí hay algunas ideas:
Con Pasta: Sirve las albóndigas sobre espagueti o cualquier pasta de tu elección. La combinación de espagueti y albóndigas es un clásico que nunca falla.
En un Sub: Para un delicioso sub de albóndigas, coloca las albóndigas y la salsa en un pan hoagie crujiente, cubre con queso mozzarella y gratina hasta que burbujee.
Con Arroz o Polenta: Sirve las albóndigas junto a una cama de polenta cremosa o arroz esponjoso para absorber la deliciosa salsa.
Como Aperitivo: Para una fiesta, puedes servir las albóndigas como aperitivos en porciones pequeñas con palillos.
Ingredientes de Calidad: El sabor de tus albóndigas depende en gran medida de la calidad de tus ingredientes. Utiliza hierbas frescas y tomates enlatados de alta calidad para obtener los mejores resultados.
No Omitir el Enfriamiento: Refrigerar las albóndigas antes de cocinarlas ayuda a que mantengan su forma y evita que se deshagan en la salsa.
Ajustar el Sazonamiento: Siempre prueba y ajusta el sazonamiento tanto en las albóndigas como en la salsa según tu preferencia.
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